Por Angélica Iriarte, gerente general Symnetics Chile
Marzo nos invita a reflexionar sobre el impacto y la transformación que las mujeres han logrado y quiero ahondar en industrias tradicionalmente dominadas por hombres, como la minería y la tecnología. Aunque el avance es innegable, persisten desafíos que deben ser abordados para garantizar una participación
equitativa y sostenible, abriendo caminos para futuras generaciones en diversos sectores.
En minería, el crecimiento de presencia femenina es innegable, llegando en algunos casos a representar hasta el 35% de la dotación en operaciones. Esto evidencia un cambio cultural y organizacional clave. Sin embargo, el acceso aposiciones estratégicas sigue siendo limitado y la conciliación entre la vida laboral y personal representa un reto constante para muchas profesionales. Además, la seguridad y equidad en el ambiente laboral siguen siendo desafíos críticos: la eliminación del acoso, la discriminación y las microagresiones es fundamental para construir espacios de trabajo inclusivos y respetuosos. La implementación efectiva de políticas de diversidad no solo protege a las trabajadoras, sino que
también potencia la productividad y la innovación en la industria.
En tecnología, la situación es similar. Aunque más mujeres están incursionando en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), la brecha de género persiste en roles técnicos y de liderazgo. A pesar de los esfuerzos de empresas y gobiernos a través de programas de mentoría y formación, el camino hacia la equidad aún es largo. La digitalización de la minería y la adopción de tecnologías como IoT, blockchain y big data representan una oportunidad única para que más mujeres lideren la transformación del sector, integrándose en áreas de innovación y tecnología aplicada.
Asimismo, la transición energética y la digitalización ofrecen nuevas oportunidades para las mujeres en minería sustentable y electromovilidad. La evolución hacia procesos más sostenibles, junto con el auge de energías renovables, trazabilidad y economía circular, abren espacios para que más profesionales femeninas aporten su talento y liderazgo en la construcción de un sector más responsable y eficiente.
Hoy el desafío es acelerar el ritmo de estos cambios. La diversidad no solo es una cuestión de justicia social, sino también un factor clave para la innovación y la competitividad. Las empresas deben comprometerse con políticas de inclusión efectivas y la sociedad en su conjunto debe fomentar una cultura que valore el talento, sin distinciones. La próxima década representa una gran oportunidad para
acelerar la equidad de género en estos sectores, sin embargo, dependerá de cambios estructurales, educación inclusiva y políticas que fomenten la participación femenina de manera efectiva.
Desde nuestra vereda, creemos en el poder transformador de la diversidad y trabajamos para generar espacios donde las mujeres puedan desarrollarse profesionalmente sin barreras. Este mes es una oportunidad para celebrar los logros alcanzados, pero también para redoblar los esfuerzos en la construcción de un futuro más equitativo y con mayores oportunidades para todas.