¿Cuándo y cuál es el futuro?

Si hacemos memoria unos meses atrás, luego de fiestas patrias del año pasado, las noticias que se veían en los diarios eran la destitución de una ministra, la disolución del Congreso en Perú. Mientras que la guerra comercial entre China y USA apenas ocupaba un espacio menor en algún titular, ya que veíamos la luz al final del túnel. No teníamos ninguna señal de lo que vendría en pocos meses o incluso semanas.

Si se hubiese hablado en ese entonces de un estallido social en Chile con desórdenes en muchas ciudades casi a diario, un virus que ya tiene cerradas a ciudades completas y es considerado pandemia; o más allá, la peor caída bursátil desde 1987, muchos hubiesen pensado que era mera futurología, pero de aquella que no nos gusta. Sin embargo, todo esto no es futurología, sino que una realidad. Y todo ha sido tan rápido y disruptivo que los misiles que lanzó Corea del Norte hace unos días ocuparon un espacio tan pequeño en los medios que casi nadie lo registró.

¿Qué podemos hacer con tanta incertidumbre? ¿Cómo planificamos nuestras vidas y organizaciones, donde el ejercicio de planificar es justamente buscar disminuir ese sentimiento? Pareciera ser que ni siquiera teniendo una bola de cristal podríamos ser capaces de tomar decisiones correctas dado lo volátil y complejo que se está tornando nuestro mundo e incluso, puesto que tal vez no le creeríamos a lo que nos dice. La realidad está superando la ficción.

¿Cuándo y cuál es el futuro? Existe otra posibilidad: crear el futuro.

La prospectiva estratégica (Strategic Foresight), una disciplina que nace en los años 60 en Estados Unidos, puede ayudar a este entorno cada vez más cambiante. A través de esta podemos proyectar distintos escenarios y posibilidades, convirtiéndose en una herramienta que ayuda a las organizaciones a hacer una planificación adecuada de lo que puede llegar a ocurrir. Sin embargo, no se trata de adivinar el futuro que algún día llegará, sino más bien, ponernos en un ánimo de explorador y mapear las opciones.

Creo que parte de las estrategias que toda organización o persona no debe consistir en esperar el cambio para reaccionar, sino más bien, en controlar el cambio que se espera y lograr aquel que desean. Este es el pensamiento que deben considerar en sus planes aquellos que buscan sobrevivir en estos locos días de cambio abruptos.

Alejandro Inzunza, socio Symnetics