Ejecución de la estrategia: ¿un paso o un salto?
El pensamiento estratégico es vital para lograr buenos resultados comerciales. Este hecho ya es un consenso general, pero lo que no siempre se recuerda son los desafíos en la implementación de la estrategia.
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Poner en práctica la planificación estratégica puede parecer un paso más del proyecto, pero a menudo representa un gran avance para la organización y, por lo tanto, implica sus riesgos. Implementar esta táctica con conciencia y asertividad es tan importante como la excelencia de las maniobras en sí: la ineficiencia en cualquiera de las estrategias puede arruinar ambas.
Por un lado, cuanto más disruptiva es la planificación, mayor es la dificultad para hacerla realidad. Por otro lado, una estrategia más conservadora será fácil de implementar, pero corre el riesgo de perder valiosas oportunidades para realizar mejoras en los procesos, servicios o productos. Si este tipo de mejora es un factor inevitable en el futuro cercano, el proyecto inevitablemente tendrá que reformularse o nunca implementarse por completo.
De cualquier manera, la única forma de saber si una estrategia en particular fue exitosa o no es seguirla al pie de la letra y monitorear sus efectos constantemente. Existen varias metodologías para hacerlo, con diferentes enfoques y propósitos. Una de las más adoptadas por su eficiencia y flexibilidad es la Balanced ScoreCard, desarrollada por los profesores de la Harvard Business School (HBS), Robert Kaplan y David Norton en1992. Proporciona los métodos para localizar problemas, definir direcciones, predecir turbulencias, señalar tendencias y, especialmente, mapear el futuro de las organizaciones. Esto ayuda a garantizar que las ideas inspiradas se conviertan en realidades fructíferas.
Una estrategia mal implementada puede terminar siendo más dañina que la ausencia total de la puesta en marcha. A lo largo del proceso de implementación, este tipo de situación puede ocurrir por varias razones, pero podemos agruparlas en 4 conjuntos básicos:
- Fallas de planificación
- Fallas de ejecución
- Falta de compromiso
- Falta de gestión de riesgos
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Planificación
La planificación de una estrategia inteligente parte de un mapeo de tendencias, que ayuda a identificar oportunidades y proyectar posibles escenarios.
Al construir un mapa estratégico, puede establecer objetivos e indicadores. Es el primer paso para tener nuestra propia cartera de proyectos. A partir de ahí, se hace más fácil comprender el panorama del mercado y tomar las mejores decisiones.
Gestión e implementación
Al implementar un proyecto, el seguimiento de los resultados a medida que se desarrolla cada paso también es fundamental. Con un sistema de gobierno bien establecido es posible monitorear el desempeño de los proyectos estratégicos y hacer ajustes a la planificación, corrigiendo la ruta a toda velocidad.
Sin esos recursos es mucho más difícil identificar las fortalezas y debilidades de la estrategia, así como responder rápidamente a eventos imprevistos. Por lo tanto, la falta de una unidad de gestión puede variar desde reducir drásticamente su impacto potencial hasta el fracaso total de la planificación.
Compromiso
Los desarrollos estratégicos dentro de la organización y sus procesos internos también deben considerarse cuidadosamente para garantizar los resultados esperados. Por lo tanto, se refiere tanto a la cultura de la empresa como al uso de sus recursos.
La gestión cuidadosa del cambio para ejecutar la estrategia es fundamental para implementarlo en una organización. Debemos recordar que independientemente de las innovaciones en infraestructura y tecnología que realmente hacen que las transformaciones sucedan en una empresa, son las personas que trabajan allí. Ahí radica uno de los grandes desafíos del proceso de implementación de un proyecto estratégico y uno que puede llevar todo por el desagüe si no se aborda correctamente.
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Riesgo estratégico
La gestión de riesgos en la planificación estratégica es otro punto crucial en la realización de un proyecto. Evaluar en profundidad cuáles son las amenazas potenciales para el éxito de una estrategia y de dónde provienen le permite anticipar soluciones. Esto ahorra recursos y reduce sustancialmente la fricción que podría surgir en tiempos de crisis.
Reconocer las debilidades de la organización frente a diversos escenarios implica observar la historia de la empresa y el mercado, analizar la efectividad de sus procesos, identificar tendencias para el presente y para el futuro cercano. Con estos procedimientos, una organización podrá implementar un proyecto estratégico con más confianza y muchas más posibilidades de éxito.
Ejecutar una estrategia está lejos de ser un proceso simple y cada uno de estos factores que comentamos anteriormente tiene múltiples resultados posibles. Todo este proceso se analiza en el programa de Ejecución de Estrategia de Symnetics (https://programas.fwsymnetics.com.br/strategy-execution-online) . El programa en línea ofrece 8 horas de contenido exclusivo, además de artículos, estudios de casos y presentaciones completas que explican el tema en detalle. Las sesiones presenciales de 56 horas se centran en ejercicios prácticos, estudios de casos e intercambio de experiencias entre los participantes.
El alcance de este programa de capacitación aborda las mejores estrategias para cada caso. Se basa en métodos y estudios probados y se divide en cuatro módulos: planificación y gestión, compromiso y riesgo estratégico . Se ofrece en tres modos, de acuerdo con el interés de tener un monitoreo o incluso clases en el aula. Es una excelente manera de especializarse en la gestión y ejecución de estrategias con la certificación de metodología BSC © (Balanced ScoreCard).
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