El Informe IPCC: soberbia vs humildad

La misma soberbia, egolatría y egoísmo con que el ser humano a tratado a la naturaleza, buscando dominarla y utilizarla a su antojo para su propio beneficio, rompiendo los equilibrios establecidos desde su creación, se expresa en el actuar social y en el ejercicio de cualquier poder, con una visión cortoplacista e individualista.

El recién publicado informe del IPCC -Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático- señala que algunas de las devastadoras consecuencias del calentamiento global ya son inevitables. Este grupo fue creado en 1988, hace 33 años, lo que da cuenta del tiempo que ha existido esta preocupación y hace evidente las consecuencias de la falta de compromiso y anticipación de los líderes gubernamentales para hacer frente a la situación e implementar con premura los cambios requeridos. Nadie discute que hoy es mucho lo que se hace por disminuir el calentamiento global, pero debemos pagar las consecuencias de que haya sido insuficiente y ya sea tarde.

Igual situación vivimos en el ámbito social, donde llevamos varias décadas hablando de la necesidad urgente de disminuir la desigualdad. Sin embargo, el porcentaje de la riqueza mundial en poder del 1% más rico sigue creciendo año a año y ya supera el 50%, es decir, el 1% más rico tiene un patrimonio superior al de la suma del 99% restante. Esto da cuenta de un problema que no se enfrenta con la determinación que se requiere y que va generando consecuencias dramáticas e inevitables, al igual que el cambio climático: la desigualdad económica es reflejo de otras desigualdades de orden superior y un síntoma de una enfermedad mayor.

Chile no es una excepción. Las consecuencias de no reaccionar con determinación y anticipación las estamos sufriendo y deberemos sobrevivir con ellas hasta lograr los cambios necesarios. Los incendios de febrero 2017 y el estallido social de octubre 2019 son muestras de aquello y funcionan como señales de la incertidumbre que nos depara el futuro.

Cuando la desigualdad en términos económicos viene acompañada de desigualdad de poder, de derechos, de oportunidades, y además de abusos de poder económico, social y espiritual, entonces estamos frente a la “tormenta perfecta” y se nos vienen los incendios e inundaciones sociales por todos lados.

Hoy se requiere salir con determinación a cambiar el escenario, sin miedos, con generosidad y humildad. La misma soberbia y egoísmo con que el ser humano a tratado a la naturaleza, buscando dominarla y utilizarla a su antojo para su propio beneficio, rompiendo los equilibrios establecidos desde su creación, se expresa en el actuar social y en el ejercicio de cualquier poder, con una visión cortoplacista e individualista.

Si a esta soberbia antepusiéramos la humildad, al individualismo el comunitarismo, a la competencia la colaboración, al egoísmo la generosidad, y actuáramos con determinación, lo haríamos posible. Sin miedos, prejuicios, discriminación o trincheras; con audacia y flexibilidad, con inclusión y diálogo.

Cada uno de nosotros es parte de un todo, somos solo uno de muchos en un entorno que es muy superior a nosotros mismos.

Ignacio Cruz, consultor y director Symnetics