Las señales y el futuro que emerge

Avanza la pandemia y es cada vez más claro cómo su efecto es devastador en lo humano y también en lo económico. Aún no podemos aventurar cuál será su profundidad y por lo tanto, tampoco el costo que tendrá la recuperación. Sin embargo, podemos estar seguros de que el futuro que emerge de esta situación es diferente al escenario en el que vivíamos antes de ella.

¿Qué hacer? ¿Cómo reaccionar ahora para que ese futuro que emerge sea el mejor posible dentro de las alternativas? Debemos poner atención a las señales. Mirando hacia atrás vemos que hay pistas que advierten de escenarios que no fuimos capaces de leer y luego nos damos por sorprendidos. ¿Qué veía Bill Gates en 2015 cuando advirtió en una charla TED sobre el peligro de una pandemia? Lo que estaba viendo era lo sucedido con el ébola; la inversión en armamentos versus en servicios de salud, y un contexto climático donde la naturaleza nos refleja con fuerza que hay cambios importantes y con múltiples consecuencias.

¿Cuántas señales tuvimos del “estallido social” y no supimos leer? Si revisamos la historia de manifestaciones sociales desde 2006 en adelante y ponemos en paralelo el lenguaje que aparece en las redes sociales sobre los mismos eventos, encontramos señales claras de una olla a presión donde la temperatura aumenta y aumenta, hasta explotar en octubre.

Hoy vale la pena mirar lo que está pasando y reflexionar. Debemos escuchar, reflexionar y hacer la lectura de cada mensaje con empatía. La idea no es cargarse de odio, tampoco de un pesimismo paralizante y menos de un optimismo neutralizador. Con solo mirar las redes sociales y leer respecto de lo que está pasando en Chile, comprenderemos que las señales están. Nadie, ni el gobierno, ni los políticos, ni los empresarios han logrado revertir la situación de desconfianza e invalidación previa a la crisis del COVID-19 y aquello no será posible mientras no se muestren acciones concretas en línea con el futuro que emerge.

Hoy, la nueva sociedad demanda un Estado que actúe junto a los grandes empresarios y políticos en diseñar e implementar soluciones donde las personas estén en el centro, bajo una lógica de “bien común”. Para avanzar necesitamos favorecer el desarrollo de la comunidad por sobre el interés personal y organizarnos desde la colaboración. Hay empresas que están tomando ese camino. Solo así tendrán una oportunidad de triunfar.

Ignacio Cruz, director Symnetics