Necesitamos una narrativa país
Desde el inicio de la pandemia hemos visto cómo surgen diversas narrativas país para enfrentar esta crisis. Comenzamos con el “quédate en casa”, generando todo un colectivo social que incluso en redes sociales cobró fuerza. Luego, comenzó a instalarse el concepto de “nueva normalidad”, sin embargo, producto de las críticas, el Gobierno debió restar el protagonismo que quería imponer. Comprendió el impacto en una sociedad que no se veía preparada para ello. Así, llegamos al “Plan Retorno Seguro”, que buscó evitar un malestar mayor en la comunidad, llamando a la reincoporación paulatina, tanto a clases como a sus labores.
Pese a ello, hoy vuelve a situarse en la conversación la controvertida frase “nueva normalidad”, esto frente a un evidente aumento de la ocupación de camas en recintos hospitalarios y de las altas tasas de contagio. Al respecto, la ministra Karla Rubilar reconoció que el concepto no fue bien recibido en Chile y que no tuvieron la fuerza, ni la claridad para decir que este era un proceso.
¿Podemos decir que el mensaje no fue bien recibido? No, no es culpa del receptor. Lo que estamos viendo hoy es una falta de mirada en la construcción del Chile que queremos y la narrativa país. A esto se suma, tal como señaló el ministro Jaime Mañalich, que no se ha logrado encontrar un mecanismo de diálogo con la ciudadanía, transparente y de buena fe.
Estas narrativas que estamos escuchando y contando, nos llevan a la generación de estados de ánimo diversos y su poder es tal, que construyen la realidad y el futuro. Pero, ¿qué crearemos a partir de la desconfianza y el miedo? De seguro algo que no le gustará a nadie. Se necesita coraje y voluntad para gestionar el miedo, transmitir calma y enfocarse en la creación. Pero también, una comunicación efectiva, con los mensajes adecuados; con cercanía y empatía, siendo capaces de anticiparse a los hechos, para actuar de manera ágil y proactiva.
Si queremos subsistir, necesitamos reestructurar nuestras narrativas a nivel país y organizacional, volver a tener un propósito común, reaprender a comunicarnos y poner el foco en la creación. Parafraseando a Ortega y Gasset, la vida no sólo es lo que hemos sido, sino lo que anhelamos ser. Así lo debemos ver también a nivel país.
Nuestro desafío es construir esa narrativa que nos permita avanzar y forjar nuestro futuro.
Bárbara Ferrer, consultora Symnetics