Riesgo, incertidumbre y anticipación
A principios de la década de 2000, Ulrich Beck, acuñó el concepto de ‘sociedad del riesgo’ para referirse a la relación entre las inalterables estructuras sociales, los cambios cualitativos en la naturaleza de los riesgos y los cambios en los patrones de la experiencia cultural. Beck, ha sostenido de manera consistente que la sociedad occidental contemporánea está articulada en torno a una cultura del riesgo que tiene profundos impactos en nuestra vida cotidiana.
La diferencia entre riesgo e incertidumbre es que en el primero, la distribución de consecuencias agrupadas en conjunto de escenarios es conocida, mientras que en la segunda esto es imposible, pues la situación enfrentada es, en gran medida, única. Así, si las personas tuviésemos la capacidad de predecir el futuro, tendríamos la posibilidad de reducir esa incertidumbre prácticamente a cero. Sin embargo, conscientes de lo imposible de la tarea, cobra valor la práctica de la anticipación: pensar en potenciales escenarios futuros sin tener la certeza de que estos vayan a ocurrir, pero teniendo muy claro que un correcto planteamiento de estos nos permitirá contar con estrategias y operaciones que se harán cargo de los riesgos y capitalizarán nuestras oportunidades futuras.
En Chile, no somos buenos para hacerlo. En 2020, un estudio de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y Symnetics reveló que un 66% de los consultados cree que en Chile existe una bajísima capacidad de anticiparse. De igual forma, el 85% de los entrevistados declaró que era extremadamente o muy importante hacerlo. Esto confirma la necesidad de contar con este insumo para desarrollar estrategias y operaciones más resilientes y transformadoras. De esta forma, podremos viabilizar la perdurabilidad de nuestras organizaciones en el tiempo.
El análisis de riesgos como mecanismo para anticipar escenarios posibles, se vuelve fundamental como ejercicio práctico y metodológico. Su visualización y reflexión institucionalizada permitirá que las posibles consecuencias futuras de las decisiones individuales e institucionales se puedan controlar en el presente. Es lo que podrían haber hecho hace años las AFP’s frente al actual escenario de crítica social. Al igual que los actuales depositarios de derechos de agua frente al escenario de reclamo por su recuperación en un contexto constituyente.
En la sociedad moderna, el riesgo está íntimamente vinculado a las nociones de probabilidad e incertidumbre. Ambas están hoy completamente integradas a la idea de futuro. En ese contexto se vuelve crítico que las organizaciones anticipen y tomen decisiones considerando todos sus escenarios posibles. Esta será la única forma de perdurar en el tiempo, y cumplir con los roles que la sociedad hoy les demanda.
Alejandro Inzunza, socio Symnetics