Por Freddy Coronado, Académico UAI y socio gerente de Symnetics Chile
El Día Mundial de la Creatividad y la Innovación, que se celebra cada 21 de abril, fue instaurado por la ONU para inspirar soluciones creativas a los problemas en todas las áreas de la sociedad. Chile enfrenta múltiples desafíos clave hacia el futuro, destacándose entre los más relevantes los de educación, salud, seguridad, y el diseño de un modelo económico que no solo aumente la productividad y el crecimiento, sino que también fomente el desarrollo sostenible y fortalezca la resiliencia ante el cambio climático.
Para abordar estos desafíos, el sector público y privado dispone de su capital humano, de comités territoriales, mesas de trabajo y grupos de expertos con miembros tanto nacionales como internacionales. En síntesis, contamos con personas motivadas por estos desafíos, con la experiencia relevante y la capacidad creativa necesaria para buscar soluciones innovadoras. Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Por qué los resultados no están a la altura de nuestro potencial creativo? La respuesta parece residir en la gestión del proceso que utilizamos para entender y modelar los problemas, y luego diseñar e implementar soluciones. Entre las prácticas que podrían mejorar el proceso de innovación se encuentran el Foresight (anticipación) y la co-construcción.
El Foresight es el proceso de exploración del futuro a largo plazo, en diversas áreas, para identificar tendencias emergentes y ayudar a las organizaciones a anticipar escenarios futuros, alineando sus innovaciones en consecuencia. Un estudio reciente realizado por Symnetics reveló que una gran mayoría de los líderes entrevistados (91%) cree que tanto las organizaciones públicas como privadas en Chile no están preparadas para anticipar fenómenos disruptivos a tiempo. La principal limitación para la anticipación es el excesivo foco en la urgencia del corto plazo (56%).
Por ejemplo, en el caso de las AFP, el proceso de innovación se ha focalizado en la urgencia actual: las pensiones no son suficientes para un porcentaje importante de jubilados. Como innovación al sistema se propone aumentar las cotizaciones, centrando la discusión en quién pagará estos aumentos. Este proceso no ha anticipado las tendencias en medicina (diagnóstico, tratamientos y prevención) que sugieren un aumento significativo en la esperanza de vida, y como resultado, la solución que tendremos hoy no será la solución al problema de los futuros pensionados.
La co-construcción es el proceso de colaboración entre múltiples partes interesadas, las cuales, basándose en la integración de diversas perspectivas y habilidades, logran colectivamente mejorar la comprensión de problemas complejos y la pertinencia de las soluciones diseñadas. Para avanzar en esta dirección, es necesario reconocer que formamos parte de algo que trasciende a nuestros propios intereses, y que primero debemos transformarnos a nosotros, superando nuestros paradigmas y modelos mentales, para luego colaborar en la transformación de nuestras organizaciones o sociedad.
Un ejemplo de nuestra incapacidad de co-construir son los dos intentos fallidos para diseñar una nueva constitución, procesos que se caracterizaron por la confrontación desde paradigmas establecidos, la falta de disposición a colaborar y la ausencia de una visión compartida que trascienda a los intereses particulares.
La Teoría U, desarrollada por Otto Scharmer del MIT, es un marco diseñado para facilitar innovaciones profundas en organizaciones y sociedades: el pasado 19 de marzo se realizó EMERGE CHILE, un encuentro basado en esta teoría, que reunió a más de 380 participantes de todo el espectro político, empresas públicas y privadas, el mundo académico, comunidades, grupos indígenas y representantes del deporte, las artes y la cultura. En las mesas de trabajo se identificaron diversas iniciativas para avanzar en múltiples desafíos, desde sistemas de aprendizaje y educación hasta democracia, desarrollo económico, bienestar, salud mental, ecosistemas y comunidad. Los resultados del evento fueron notables y demuestran que, incluso en el entorno actual de polarización, si se trabaja con metodología de punta, se pueden crear espacios que facilitan la reflexión más profunda, que conectan individual y colectivamente a los participantes con su mejor versión y generan un dialogo más transformador, el cual favorece la innovación que realmente necesitamos para enfrentar nuestros desafíos.
Es así como la fusión de metodologías de foresight y co-construcción emerge como un poderoso apalancador de la creatividad y la innovación. Al entrelazar la capacidad de prever posibles futuros con la colaboración activa de diversos actores, se genera un ambiente propicio para la generación de ideas disruptivas y soluciones transformadoras. Esta sinergia no solo fortalece el tejido innovador de las organizaciones y sociedades, sino que también abre nuevas fronteras para abordar los desafíos emergentes de manera proactiva. En última instancia, al adoptar esta mentalidad de co-creación y anticipación estratégica, tenemos más posibilidades de forjar un camino hacia un mañana más resiliente y sostenible, donde la creatividad y la innovación se entrelazan en una danza armoniosa de progreso continuo.
