Alejandro Inzunza, socio director en Symnetics
Hace unos pocos días vi el posteo de un miembro de nuestra organización, quien decía que trabajar desde casa nos hacía más felices… Entonces nuevamente me surgió la inquietud de si hemos tomado las definiciones correctas internamente, pues muchas organizaciones aún continúan dudosas frente a este tema: la felicidad de trabajar desde casa. Porque hasta ahora esto tiene varias aristas, y lo cierto es que, si miramos la tendencia en USA y nuestros países en Latam, las compañías están intentando que sus colaboradores vayan retomando el trabajo presencial. Es así como el debate sobre el equilibrio entre el trabajo presencial y remoto está lejos de ser concluyente.
Si bien el trabajo remoto ofrece indudables beneficios en términos de flexibilidad, comodidad y potencial mejora en la salud física y mental de los trabajadores, también presenta desafíos significativos, como la limitación en las oportunidades de ascenso laboral y de desarrollo profesional, así como la dificultad para establecer redes de contacto y comunidades laborales sólidas. Y es que hay datos duros que invitan a pensar que un mayor desarrollo profesional va de la mano con mayor presencialidad. Según Live Data Technologies, durante el último año, los trabajadores a distancia fueron promovidos un 31% menos que aquellos que cumplen labores en oficina, no importa si es en jornada completa o híbrida.
Pero hay más. Para quienes trabajan presencialmente o de manera híbrida, el 5.6% tuvo oportunidad de ascensos en 2023, frente al 3.9% de aquellos que laboran a distancia. A su vez, quienes lo hacen a distancia, también tienen menos oportunidades de capacitación, especialmente las mujeres, según el mencionado estudio. Otros varios otros estudios también señalan que las personas que trabajan desde casa tienen menos posibilidades de ascender laboralmente, ya que la visibilidad y el networking en el lugar de trabajo son limitados.
En la otra vereda, la felicidad de trabajar desde casa, una reciente publicación de la Universidad de Stanford detalló que el 50% de los empleados que teletrabajan informaron sentirse aislados a menudo o siempre, lo que puede impactar negativamente en la moral y el compromiso laboral. Asimismo, la comunicación efectiva y la colaboración son fundamentales para el éxito de cualquier organización: Harvard Business Review concluyó que el 46% de los empleados remotos citaron la comunicación y la colaboración como los mayores desafíos al trabajar de forma remota.
El dilema es encontrar ese equilibrio entre las dos modalidades, pues hoy los trabajadores buscan compatibilizar sus responsabilidades laborales con su vida familiar, tener tiempo para el ocio y cuidar su bienestar personal y mental. Para las generaciones más jóvenes, especialmente, la demanda de flexibilidad en la modalidad de trabajo es una prioridad cada vez mayor.
Tomando en cuenta lo que he visto en mi vida profesional, creo que esto requiere un acomodo entre las personas, las organizaciones e incluso los gobiernos, para que esto suceda sin necesidad de adecuarse a las legislaciones vigentes en cada lugar. Finalmente, salvo muy pocas industrias, el éxito en las organizaciones depende, en gran medida, de que las personas estén motivadas, orgullosas y felices de lograr grandes cosas en sus lugares de trabajo.
