Objetivos Comunes: factor clave de la Excelencia Operacional

Todo el entorno empresarial actual, sabe que la clave para lograr una operación fluida y que genere valor de manera sostenida, es el alineamiento con la estrategia del negocio. Como líderes, sabemos también que los objetivos estratégicos no pueden quedarse en el papel: éstos deben trasladarse de manera efectiva a las operaciones. El desafío es conseguir que todos los colaboradores trabajen hacia un objetivo común, alineado con los intereses del negocio y que aporten a su crecimiento a largo plazo.

La mayoría de las empresas chilenas creen que este alineamiento se da naturalmente a través de indicadores y metas. Sin embargo, desde nuestra experiencia en Symnetics, hemos visto que en la práctica esto no es suficiente. El verdadero valor se capta cuando los colaboradores entienden los procesos clave de la organización y se alinean en torno a proyectos de alto impacto, que prioricen el futuro del negocio. Un objetivo común, bien definido y compartido por todos, es el catalizador que conecta las operaciones con la estrategia.

Este enfoque es especialmente relevante en un contexto donde los activos y recursos de una empresa deben acoplarse a estrategias a prueba de futuro. En SYMnetics abordamos estas complejidades del ecosistema empresarial desde todas sus aristas. Integramos el desarrollo de la estrategia, la excelencia operacional y las herramientas de data analytics en una sola visión coherente. Nuestro marco conceptual es Lean, lo que nos permite generar modelos de gestión bien articulados que entregan resultados concretos y relevantes para nuestros clientes.

Felipe Olivares, líder de proyectos en Excelencia Operacional en SYM, lo explica con claridad: “el verdadero reto es convertir la estrategia en algo tangible, que los colaboradores no solo entiendan, sino que vivan en su día a día. El alineamiento táctico-operacional es un proceso de creación continua, donde todos en la organización comprenden su rol y cómo sus acciones contribuyen al objetivo global”.

Traducir la estrategia: el primer paso hacia el éxito operativo

El éxito comienza cuando se traduce la estrategia en términos operacionales, de modo que cada trabajador entienda su papel en el gran esquema. Al desatar las capacidades y recursos «congelados» dentro de las organizaciones, se crean espacios para la innovación y la coordinación. A partir de ahí, las ideas fluyen y los equipos pueden trabajar en conjunto para generar valor a largo plazo.

Este alineamiento se logra vinculando a la organización con las nuevas fuentes de valor que la estrategia propone. La clave está en crear sinergias: que las unidades de negocio individuales no trabajen de forma aislada, sino como un todo coherente. El propósito compartido es lo que convierte a una empresa en una entidad unificada, capaz de enfrentar desafíos y aprovechar oportunidades de manera más efectiva.

Nuestro enfoque incluye herramientas estratégicas como mapas estratégicos basados en temas clave, tableros de control con indicadores y metas, y la filosofía Lean. Estas herramientas no solo ayudan a planificar y ejecutar la estrategia, sino que también permiten adaptarse y aprender de forma continua. El ciclo de aprendizaje y mejora constante es lo que asegura que la empresa siga siendo competitiva y relevante a lo largo del tiempo.

El valor de los Objetivos Comunes

En Symnetics nuestro primer paso es generar objetivos comunes que atraviesen toda la organización. Para que esto funcione, es esencial haber desarrollado previamente una estrategia clara que defina los desafíos y las declaraciones de misión, valores y visión (MVV). Estas declaraciones son las que orientan la propuesta de valor hacia los clientes y las partes interesadas clave.

Una vez que tenemos claro el objetivo estratégico, lo traducimos en indicadores, metas, iniciativas y presupuestos. Esta traducción es crucial, porque no solo guía la acción, sino que también asigna recursos y responsabilidades. Todos en la organización deben saber qué se espera de ellos y cómo sus esfuerzos contribuyen al éxito global.

Por último, alineamos a las diferentes unidades y personas hacia la estrategia. Este proceso no solo implica establecer prioridades, sino también motivar a los empleados y asignar recursos de manera efectiva. El compromiso y la motivación surgen cuando todos saben que están contribuyendo a algo más grande que ellos mismos.

El todo es más que la suma de sus partes

Como dijo Michael Porter: “sin procesos excelentes de dirección ejecutiva y operaciones, es imposible implementar la estrategia, no importa lo visionaria que pudiera ser”. Pero también es cierto que, sin una estrategia clara, la excelencia operacional no puede sostener el éxito en el tiempo. La clave está en el equilibrio entre ambos.

Al final, alcanzar un objetivo común es más que solo una meta. Es el principio del alineamiento táctico-operacional que permite que una empresa funcione como un todo integrado. Y ese es el camino hacia un éxito sostenible.

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